En general, los objetivos más atractivos y gratificantes son aquellos que más esfuerzo implican. Graduarse, presentar un proyecto, ganar ese partido tan importante, mejorar ese golpe, sumar más kilómetros, perder peso, promocionar, llegar a la cima…
A inicios de 2013, uno de los objetivos personales que me marqué fue superar los 10km en running. Parecía alcanzable pero implicaba compromiso, esfuerzo y perseverancia. No se trataba de completarlos sino de afianzar esta distancia. Participé en varias carreras y me propuse entrenar un mínimo de dos veces por semana. Estas rutinas me ayudaron a acercarme más a mi objetivo y a confiar en mis posibilidades. Complementaba esta actividad con otras deportivas. Aún así, parecía que el 10 estaba lejos y que tras un par de semanas de relajación, de nuevo perdía rápidamente las buenas sensaciones. El 10 era sin ninguna duda mi gran barrera mental.
En Septiembre alcancé los 10km. Afiancé distancia en mis salidas; 8km, 9km, 10km, 7km.. pero a veces resultaba difícil reunir las condiciones y emociones necesarias para lograrlo. ¡Qué difícil era a veces activarme! Os confesaré que a menudo mi mente buscaba excusas fáciles para no cumplir con las rutinas pautadas (una comida, una reunión, dolor de cabeza, viento, etc). ¡Y mi cuerpo, parecía también resistirse!
En los últimos meses me he aficionado a las carreras de orientación, conocidas como rogaining. Para los que no sepáis de que se trata, el rogaining son competiciones campo a través, a contrarreloj, con la obligación de pasar por los controles marcados en el mapa. Este mapa es desconocido por los participantes hasta momentos antes de la salida. Existen dos modalidades, lineal y score, donde el orden de paso de los participantes es fijo o libre respectivamente. Personalmente prefiero la segunda modalidad, ya que añadimos el factor estrategia a la competición (no todos los controles dan la misma puntuación).
En el rogaining el objetivo no es sumar kilómetros, tampoco lo es el tiempo, sino conseguir la mayor cantidad de puntos posibles dentro del tiempo establecido (normalmente 3 horas). De este modo, tu mente está concentrada únicamente en encontrar el siguiente control, es decir, en objetivos a corto plazo. Tras la primera participación en una competición de rogaining, mi sorpresa fue mayúscula cuando al revisar el track pude observar en las estadísticas que había completado 19km y había acumulado 460m de desnivel. ¡No podía ser!
El rogaining, junto al establecimiento de objetivos cortos, me ha ayudado a engañar a mi mente y romper la barrera mental de los 10km.
¿Cómo pueden ayudarme las estrategias mentales a alcanzar mis objetivos?:
1) ESTABLECE RUTINAS
¿Tu prioridad es ser más eficiente y gestionar mejor tú tiempo? Marca pautas y rutinas: empieza el día actualizando y revisando tu agenda, ordena tu mesa antes de irte a casa, usa la toalla entre puntos, bebe agua para ganar tiempo antes de dar la respuesta correcta…
2) BUSCA LAS EMOCIONES POSITIVAS DE TU CUERPO
¿Tienes hoy el partido más importante del torneo? ¿Quedan 30 minutos para el inicio de la carrera y no consigues activar tu cuerpo y encontrar las buenas sensaciones?
Escucha esa canción que te activa e inicia el cosquilleo en el estómago, visualiza momentos de la competición para reencontrarte con las sensaciones adecuadas…
3) ENGAÑA A TU MENTE
¿Cuántas veces has contado atrás para conseguir evadir tu mente de los nervios y pensamientos negativos para conciliar el sueño y poder dormir las horas adecuadas antes de la presentación de un gran proyecto? ¿Cuántas veces te das cuenta de que tarareas una canción disputando una competición?
4) PIENSA A CORTO PLAZO (¡no te impongas barreras!)
La consecución de un gran objetivo siempre es más fácil alcanzando pequeños retos que nos allanan el camino. ¿Estudiaremos los 10 temas que entran a examen en un mismo día? ¿O seremos más efectivos si nos planteamos estudiar 3 temas por día?
¿Qué estrategias mentales utilizas tú para alcanzar tus objetivos?
Bubbleando 
muy buenas estrategias!
Gracias por tus comentarios 🙂